martes, 8 de junio de 2010

Peinados de altos vuelos


Bueno, aquí estamos comenzando la nueva era de este blog. Me e propuesto empezar hablando de un tema cotidiano, algo que nos habrá ocurrido a muchos (quizá no sea así, ustedes perdonen), algo que llama la atención.

Hoy me he decidido a cortarme el pelo. Sí sí, como lo oyen, una cosa normal la verdad. Pues bien, la broma me ha costado 2 horas de espera. Tales horas no tienen tanto valor teniendo en cuenta que estoy de vacaciones y que realmente no tengo nada especial que hacer. En otro momento del año habrían hecho verdaderamente daño. Pero el caso es que durante esas dos horas he podido observar que clase de "ganao" se mueve en una peluquería en estos días.

Se trataba pues, de una peluquería unisex, puesto que sino no habría habido tanto aliciente. Nada más llegar uno se encuentra un intenso trajín. Gente moviendose con gran rapidez de un asiento a otro mientras losclientes se afanan en leer revistas de todo tipo de cotilleos compradas por el encargado del establecimiento con la gloriosa intención de entretener al público, principalmente femenino y de edad superior a la quinta adolescencia (las típicas señoras de radio-patio vamos).

Pues bien, ahí estaba yo con mi pelo excesivamente largo demandando un corte viendo semejante espectáculo un lunes por la tarde. La peluquería a rebosar. Aquí llega el primer punto en cuestión: ¿Qué acontecimiento vital tiene tales señoras (me referiré a ellas constantemente puesto que son mayoría y el objeto de este artículo) como para tener al pobre peluquero corriendo a cortar tal pelo o a achicharar tal punta? esto resulta paradójico, puesto que acabo de hablar de lo molesto que yo me habría sentido sólo por el hecho de tener que esperar, pero el caso es distinto. En mi opinión, a las señoras les gusta tener al peluquero corriendo y humillándose todo el rato. y digo lo de humillando porque curiosamente, mientras esperaba, la encargada de decidir a quien le tocaba cometió un leve error. Tal nimiedad consistía en pasarme a mí delante de otra señora que licitamente iba antes. Antes incluso de que yo pudiera decir esta boca es mía, la cara de la señora (rubia teñida por cierto) disuadió completamente a la encargada:

-¿Le le tocaba a usted? (casi tartamudeando)
-Pues claro, yo voy delante de este chico (osea, yo)

Esto habría sido de lo más normal, sino fuera porque la señora se tiró todo el camino hasta la posición que debía ocupar exclamando:

-Si es que ya decía yo que me tocaba a mí, ¡es increíble! Menos mal que estás tú (refiriéndose a otra compañera que había descubierto el error en la lista) que sino...

¿Sino que? me han entrado todas las ganas de pedirle una tila. ¡Señora! Que esto no es el fin del mundo. Y es aquí cuando entra la humillación antes mencionada. A la pobre encargada le ha faltado hacer una inclinación similar a la que el protocolo dicta que debemos realizar ante la reina. ¿Pero usted quién es? ¿Tiene título nobiliario? ¿Ha hecho algún descubrimiento científico? ¿Es una heroína? ¿Merece de alguna manera un tratamiento por encima del resto?

Y aquí llego a mi conclusión, que no es tan devastadora como parece la anécdota. Todos sabemos la historia de que el cliente siempre tiene la razón y tal, pero ¿qué tal si nos comportamos con educación? No digo que esta señora faltara al respeto a nadie, pero un "perdona, creo que ha habido un error" y luego un "no te preocupes, le puede pasar a cualquiera" tras las disculpas aseguradas de la encargada habría bastado.

En mi opinión, la gente que trabaja, aunque sea sirviendo a otro, no deja de ser gente. Que esté a tu servicio no te da derecho a tratarlo de manera despectiva, sobre todo si en lo único que te amparas es en que tú eres el cliente y por ello deben hacer lo que tu boquita de infanta mande. Un poco más de consideración y educación por parte de todos y trabajar de cara al público se convertiría en toda una delicia

lunes, 7 de junio de 2010

Recuperando las viejas costumbres

Bueno bueno, parece que me he decidido a volver a las andadas. Después de sólo dos entradas en un año entero creo que estoy preparado para reempezar a escribir y convertir este blog en algo interesante de verdad. Si leeis la presentación encontrareis unas directrices sobre como se supone que iba a ser el blog, pues bien esas directrices han cambiado y parece que la parte de ayuda escolar ha sido finiquitada. Más bien me dedicaré a hablar sobre diversos temas que vayan surgiendo, sobre todo temas de actualidad que me preocupen a mi o a la comunidad en general. A ver como sale todo y espero no aburriros con mis paranoias mentales. Recordad el título del blog: Ni te rayes!
Un saludo a todos!